El snorkel es una actividad acuática que, por lo general, no involucra riesgo. Es la práctica de buceo al ras del agua. No se necesita licencia de ningún tipo, ni hay por qué ir acompañado de un guía. Sin embargo, es muy importante contar con un equipo adecuado no sólo para poder practicar la actividad con toda seguridad sino, sobre todo, para poder disfrutarla.

En Punta Leona, especialmente en Playa Blanca, podemos practicar esta divertida actividad. Cerca de la fila rocosa ubicada frente a las terrazas de la playa, es posible observar una gran cantidad y variedad de vida marina.

A continuación te damos las claves para escoger cada parte de un kit de snorkel:

  1. Gafas o máscara de snorkel

Son las que te permiten estar durante largo tiempo con los ojos abiertos bajo el mar. No sólo porque los protege del agua y el salitre, sino porque permite ver con mayor claridad. De hecho, algunas incluyen lentes correctivas para aquellas personas que utilicen gafas para ver fuera del agua.

Lo más importante es que los cristales sean buenos. Que la máscara y la correa sean de silicona para que se peguen perfectamente a la cara sin dañar la piel y se ajusten bien, impidiendo que entre el agua, es recomendable que las gafas tengan visión lateral.

  1. Aletas de snorkel

Las aletas son las que te permiten deslizarse con más eficiencia y a más velocidad por el agua. Permiten, por tanto, bucear sin apenas mover los brazos, de manera que se cansa mucho menos y puede usar las manos para hacer fotos, por ejemplo.

Lo primero es decidir si quieres aletas calzantes o aletas regulables. Las primeras son las más adecuadas para hacer snorkel, especialmente si vas a hacerlo en zonas de aguas cálidas. Al ser aletas de pie completo (que cubren todo el pie, incluido el talón) son como unas zapatillas. Las regulables, en cambio, se ajustan con una tira. Son más propias de buceo porque te permiten conseguir más potencia en los impulsos.

  1. Tubo de snorkel

Es la pieza fundamental del snorkel puesto que es la que permite mantener la cabeza dentro del agua de manera permanente sin necesidad de sacarla para respirar. Además, están diseñados para soportar breves inmersiones, de modo que si ve algo en el fondo que le gusta o despierta su curiosidad, puede acercarse y volver a la superficie sin necesidad de sacar la cabeza del agua en ningún momento.

Debe comprobar la flexibilidad. Debe ser bastante flexible y el ángulo de este tiene que ajustarse bien a la boca. Compruebe que tenga una válvula especial que limite la cantidad de agua que entra en el tubo. De esa manera, después de hacer una inmersión, bastará con un solo soplido para expulsar el agua que se haya colado en su interior.