LA TRANSMISIÓN AÉREA DE “SARS-CoV-2”

 

En el marco de la actual pandemia de “Covid-19, causada por el coronavirus “SARS-CoV-2”, y motivado por la lectura de los escritos del sabio Hipócrates, específicamente el tratado ecológico denominado “Los Aires, Aguas y Lugares”, he escrito tres artículos sobre el posible papel del aire en la transmisión de este mortal virus; los mismos se titulan “El aire en la transmisión de microbios”, “El aire acondicionado y el coronavirus” y “La humedad en la transmisión del coronavirus”.

Estos trabajos, escritos en tiempo real durante el transcurso de la pandemia, han tenido como propósito cuestionar una afirmación de la Organización Mundial de la Salud (OMS); la misma indica que uno de los principales mecanismos de transmisión del virus, son las gotículas de saliva expulsadas por estornudos y tos de personas contagiadas, que por gravedad y peso tienden a precipitarse y caer al suelo o superficies. A raíz de esto, pero sobre todo con la intención de evitar el contagio, se estableció el mal llamado “distanciamiento social entre personas” en 1,8 metros. Por otro lado, algunos estudios proponen el posible tiempo que podría permanecer el virus en diferentes superficies, que indican cuatro a cinco días en papel, cuatro días en madera y vidrio, tres días en plástico y acero inoxidable, 24 horas en cartón, ocho horas en guantes y de dos a ocho horas en aluminio. Con el transcurrir de la pandemia y debido a lo contagioso de la enfermedad, más de 232 científicos solicitaron a la OMS revalorar el alcance del contagio aéreo del germen, pero la máxima organización de la salud mundial mantuvo su decisión.

No obstante, el 5 de octubre de 2020 un grupo de científicos liderado por Kimberly A. Father, publicaron en la revista “Sciencie” un estudio titulado “Transmisión aérea de SARS-CoV-2”, comunicando que “…existe evidencia abrumadora de que la inhalación del coronavirus 2 del Síndrome respiratorio agudo severo, representa una ruta de transmisión importante para la enfermedad Covid-19…”. Además, recalcan “…la necesidad urgente de armonizar los debates sobre los modos de transmisión del virus entre disciplinas para garantizar las estrategias de control más efectivas y proporcionar una orientación clara y coherente al público…”. Para tal efecto, se debe empezar por aclarar la terminología que permita distinguir entre aerosoles y gotitas, utilizando un umbral de tamaño de 100 nm para diferenciarlas, y descartar así los 5 nm históricos definidos con anterioridad. Esta propuesta, permite separar de manera más efectiva su comportamiento aerodinámico y la

capacidad de ser inhalado, pero sobre todo mejora la aplicación efectiva de las intervenciones. La diferencia básica es que las gotitas (≥100 nm) generalmente caen al suelo o las superficies en los dos primeros metros desde la fuente, y se expanden como pequeñas “balas de cañón” sobre otros individuos muy cercanos; por su parte, los aerosoles (<100 nm) pueden permanecer suspendidos en el aire durante más tiempo y ser inhalados. Sin embargo, lo más importante es que los aerosoles con virus infecciosos pueden viajar más de 2 metros, y acumularse en lugares con mala ventilación y provocar una super propagación.

Esto indica que es fundamental realizar las diferentes actividades al aire libre, además de mejorar la ventilación y proteger a los trabajadores de alto riesgo.

 

Darner A. Mora

Salubrista público