Quiero compartir con ustedes un “fenómeno” que durante muchos años me ha llamado la atención y que sin embargo pase desapercibido para muchos de ustedes.

Y es que quizá usted no se ha dado cuenta del excelente ambiente que tenemos. Me refiero en particular a la ausencia de zancudos, moscas, mosquitos, etc.,  sobre todo en la noche si estamos bañándonos en la piscina, se nota la falta de las picadas de zancudos, que tanto insisten en otros lugar de la costa.

Que en Punta Leona no tenemos dengue, que no hay moscas saltando de la viandas y refrescos, que nos insisten en posarse sobre los alimentos en otros lugares de playa. También por supuesto es una zona sin paludismo, gran sorpresa!!

Este “fenómeno” es un regalo de la propia naturaleza, al mantener en Punta Leona un alto grado de salinidad que impide la procreación de insectos, excepción hecha de los mosquitos en las cercanías de las olas, o bien, al interno del bosque.

Este aumento de la salinidad es hija del roció que se produce al rozarse los vientos  del norte con los del sur, y que tiene lugar precisamente en Punta Leona.

Usted seguro habrá notado con gusto la falta de la picazón de los zancudos al salir a la puerta de su habitación en la noche, para disfrutar de una conversación con sus vecinos. Las casas en su mayoría no requieren de cedazo contra zancudos, así  como las funciones al aire libre en la noche.

Incluso la historia refuerza esta peculiar realidad, pues en el pasado la finca de Punta Leona era ganadera y para evitar los tórsalos, garrapatas, pulgas, etc., se rociaba el ganado mensualmente en la reventadura de las olas.

En realidad no se puede medir el saludable efecto de estos vientos salinos que convergen del norte y del sur, y que siempre han estado presentes en Punta Leona, sin saberlo muchos de ustedes. De verdad, Punta Leona no deja de sorprendernos.

*Articulo publicado por don Eugenio Gordienko en la revista Punta Leona en el 2013.