Nuevo vivero para proteger a las tortugas marinas que llegan a Punta Leona

A partir del mes de julio, contamos con un renovado programa de conservación enfocado en la protección y el manejo de las poblaciones de tortugas en el Pacífico Central de Costa Rica. Este programa es desarrollado especialmente en Playa Blanca, donde es común encontrar más de 20 nidos de tortugas marinas al año, así también como en Mantas, pero en mucho menor proporción.

Consideramos a Punta Leona como una isla biológica donde convergen muchas especies de flora y fauna de gran importancia para los ecosistemas, es por eso que estamos fortaleciendo nuestros programas de protección e investigación enfocados en la regeneración del medio ambiente y el ser humano desde un punto de vista integral. Además deseamos integrar a voluntarios, universidades, estudiantes y vecinos de la zona para compartir conocimientos en beneficio del medio ambiente.

El programa comenzó hace 3 años bajo la tutela de la Organización de Conservación Ambiental MAREBLU, quien con sus voluntarios y logística asumieron el proyecto. Ahora, en esta segunda etapa, Punta Leona incorporó a la bióloga marina Sileny Calderón quien actualmente dirige el proyecto, al cual buscamos sumar más personas, a  la comunidad local y los visitantes, con el objetivo de que puedan involucrarse a través de programas de voluntariado que se implementarán más adelante

El principal objetivo de este programa es estudiar y proteger las tortugas que llegan a Playa Blanca para desovar. “Lo que estamos haciendo actualmente es darle un seguimiento a las tortugas que llegan a la playa, ver qué especies son, porque en el país tenemos 8 especies de tortugas marinas, de las cuales 4 llegan a desovar al Pacífico Central”, explicó Calderón.

El estudio se centrará principalmente en la tortuga lora (Lepidochelys olivacea), que muestra un comportamiento de anidación diferente al observado en otras áreas del Pacífico, como Ostional y Nancite. En Playa Blanca, las tortugas desovan de manera solitaria, un comportamiento que en otras playas de anidación solitaria ha demostrado ser más exitoso en términos de eclosión de huevos, con tasas de éxito cercanas al 80%, en comparación con las áreas de anidación masiva que registran éxitos del 1% al 8%.

El programa incluye además la creación de un vivero especial para reubicar los huevos que se encuentren en riesgo debido a la erosión costera y al aumento del nivel del mar. “La idea es minimizar la manipulación de los huevos porque influye mucho en este éxito de eclosión”, comentó la bióloga. Solo se reubican aquellos huevos en riesgo, mientras que los demás se mantienen in situ para evitar cualquier alteración innecesaria.

Además, el programa busca proteger los nidos de depredadores naturales como mapaches, cangrejos y aves, así como de actividades humanas como el saqueo de huevos. También se están tomando medidas para concientizar a la comunidad local sobre la importancia de estas tortugas y promover su participación activa en la conservación.

Este proyecto no solo busca proteger a las tortugas marinas, sino también establecer una línea base de datos que permita entender mejor el comportamiento de estas especies en Playa Blanca.

“Para nosotros es muy importante recolectar toda la información que se pueda, entonces cuando una persona encuentre un nido de tortugas o una tortuga, lo primero que debería hacer es darle aviso al personal del área de biología marina”, sugirió la bióloga encargada.

El pico de anidación de la tortuga lora en Playa Blanca se extiende de julio a diciembre, siendo agosto y septiembre los meses de mayor actividad. Durante este tiempo, el equipo de voluntarios de Conservación de Tortugas estará en constante monitoreo y seguimiento de los nidos y tortugas que arriben a la playa.