Personal, íntimo, así como pocas veces, habló también don Eugenio.  De caminar pausado pero seguro, una vida innovadora marcada por grandes obras, voluntad firme, pensamiento visionario, ateniense de corazón, Eugenio Gordienko habló sobre su vida, logros, yerros y esperanzas.

Y es que en el éxito de Punta Leona hay personas que tuvieron que dedicar gran parte de su vida, hasta lograr lo que hoy se disfruta, y aunque en sus luchas nunca estuvo solo, don Eugenio reconoció que todo se fue dando poco a poco.

En una entrevista en Punta Leona, nos regaló una interesante conversación, como sólo él, podía hacerlo.

¿Cómo se involucró con Punta Leona?

Una Semana Santa salimos de pesca y vimos en este lugar (que en aquel entonces eran pastizales y lodazales), una buena oportunidad para hotelería, pero luego las circunstancias nos convencieron de iniciar un desarrollo familiar al estilo tico, para distintas clases sociales, donde destaca la solidaridad humana, el convivio social, la camaradería y el respeto por la naturaleza, haciendo un proyecto costarricense para costarricenses.

¿Cómo influyó su experiencia en este desarrollo?

Punta Leona es un sitio muy especial, en aquel entonces en el país nadie relacionada el desarrollo con la ecología, de modo que mi profesión de arquitecto me ayudó a ver esto de forma tal que el crecimiento fuera acorde con el ambiente, y así hemos conseguido un ordenamiento territorial y aprovechamiento de los recursos, sin invadir atropelladamente la naturaleza. Además construí mi casa aquí y  eso le dio confianza a la gente, porque no sólo ofrecimos una idea, sino que también echamos raíces.

¿En su lista de logros es Punta Leona el mayor de ellos?

Mi principal éxito profesional fue el diseño de la Corte Suprema de Justicia, pero debo reconocer que Punta Leona es el mayor logro de mi vida.

¿Qué etapas han marcado su vida?

Primero mi desarrollo profesional como arquitecto, fui socio fundador de Consultécnica, luego mi desarrollo como contratista y cofundador de Carrez donde puse mi sello a varias obras importantes, finalmente como empresario de Punta Leona y más recientemente el desarrollo de Villa Real, un proyecto residencial con enfoque ecológico, en Santa Ana, único en el país.

¿Cuál ha sido su mayor fracaso?

El creer que se puede vivir de la agricultura, perdí varias hectáreas de cultivos de mango, aguacate y otras especies, hasta que entendí que no se podía vivir de eso.

¿Por qué no continuó en la política?

Fui tesorero del Partido Liberación Nacional por seis años y enfrenté a la politiquería, por lo que renuncié, mantuve las cuentas al día, los salarios de los trabajadores en orden y hasta desarrolle un sistema de cuotas de simpatizantes en todo el país que ayudaba a mantener las finanzas del Partido, esta se extendió exitosamente pero mis ideas estorbaban a otros y preferí abstenerme de seguir luchando por institucionalizar el PLN.

¿Dicen que usted es de carácter fuerte?

Reconozco que tuve carácter fuerte, pero ahora con las canas, prefiero la convivencia, tolerancia y buen trato con el personal y los socios.

¿Al cumplir 75 años, que reto sigue?

Estamos a mitad de camino en Punta Leona, sólo hemos hecho la mitad del desarrollo y debemos trabajar duro en las mejoras del Club, promover nuevos servicios e incrementar amenidades.